Rostros de un dia inolvidable

El 20 de febrero de 2011, se realizó, en nuestro querido balneario, un evento de características muy particulares que invita a reflexionar en varios aspectos.

Nuestro querido amigo, Jorge Praderio tuvo la feliz iniciativa de organizar un encuentro de vehículos antiguos, en el marco de los 100 años de La Floresta.

Convocó a los amigos que comparten su hobby, coleccionar autos antiguos, a un encuentro donde se exhibieron los vehículos y se realizó un desfile con vestimenta de época. 
Evento que fue un éxito total, que quedará en la memoria de los que tuvimos la suerte de estar, como uno de los acontecimientos mas importantes de los últimos años.

Con gran criterio integracionista, incentivó a las personas del Club Vivir a participar, generando una movida que se transformó en el "gran tema", que como conseguimos la ropa, que si me animo o no, que pensará la gente. Todos los sentimientos que despierta el entusiasmo por realizar algo diferente, impensado, pero realmente posible. 
Es por este fenómeno tan emotivo que me atrevo a compartir estas fotos de rostros de personas que aprecio y respeto. Se claramente que difundir fotos de rostros,  de expresiones de personas, siempre es un riesgo, pero asumo la responzabilidad expresando claramente que estas fotos intentan, y creo logran, mostrar la felicidad de estar viviendo un momento muy especial de sus vidas, inolvidable, que se guardará en los mejores recuerdos, que se comentará infinidad de veces y que serán el "disparador" para las mejores anécdotas.

La creación y el desarrollo sostenido del Club Vivir, a sido, sin lugar a dudas, el mejor ejemplo de como se debe actuar como parte de una comunidad que necesita de todos. Sus integrantes nos enseñan, con su eterna juventud, a mirar con entusiamo el mañana, a ser generosos, a conjuntar esfuerzos para lograr cosas que permitan vivir mejor. Y eso me hace reflexionar y preguntarme 

¿debemos esperar a que los años nos pongan en situaciones que nunca hemos vivido para que cambiemos nuestra actitud?.
Muchas de las personas que disfrutan de las actividades en el Club Vivir dejaron de sentirse solas, volvieron a sentirse valoradas, en un espacio de interacción muy estimulante, hoy cantan los que nunca pensaron cantar, bailan los que no bailaban hace mucho, actuan en obras de teatro, juegan tanto como los niños. No tengo empacho en decir que me emociona haber observado el proceso de rejuvenecimiento de varias de ellas, de ir al banco, ubicado al lado del Club, coincidir con la llegada y quedarme observando como estas personas volvieron a ser coquetas, a sonreir como pocas veces lo había notado.

Los que somos protagonistas activos de diversas actividades que repercuten directamente en la imagen de nuestra comunidad, ¿estamos haciendo y actuando como debemos? Creo que no, porque si fuera así, no nos estaríamos quejando tanto y concretando tan poco.
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