Flores, jugando con sus detalles.

Y comienza el desafío, utilizar todo el conocimiento para despertar la creatividad, plasmar en una foto un sentimiento. Definir cual detalle queremos resaltar, sustraerla del entorno, darle perspectiva, jugar con los efectos de la luz, todas variables que la hacen única. Tal vez, un instante después sea imposible repetir la foto, son muchas las opciones. El logro de una linda imagen de una flor, separada de su contexto, genera en mi un sentimiento de profunda satisfacción, muy disfrutable. Darle el total protagonismo, a veces, a solo un pétalo, o una hoja, o un estambre, o un pistilo, desafía el conocimiento de los principios básicos de la fotografia, que no tienen que ver con la tecnología digital, sino con conocer el comportamiento de la óptica.
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